El patio político


Anda tan removido el patio político que a la hora de ponerme a escribir no sé si hacerlo sobre Cataluña o sobre el pacto PSOE/Podemos. La verdad es que todo anda entrelazado porque para lo segundo hay que poner algo de orden en lo primero.
Me decía esta mañana una buena amiga que lo de Cataluña había que arreglarlo políticamente y con diálogo. Sé que no le falta razón, aunque yo argumento que los que han delinquido tienen que cumplir su condena, al menos para dejar patente ante el mundo entero que no son presos políticos sino políticos que han atacado los pilares del Estado que representan, y que España recupere la dignidad que desde sus propias instituciones le han querido mancillar intentando dejarnos ante el mundo como un país totalitario.
Por lo tanto, sí, entiendo que hay que dialogar, pero dentro del marco constitucional, que esa es otra, ¿están dispuestos los separatistas a ello? Pues creo que no.
Respecto a los pactos PSOE/Podemos tengo que decir que no los veo, ¿Por qué? Por las mismas razones que el señor Pedro Sánchez ha esgrimido durante toda la campaña electoral y que ya ha olvidado: que el ministro de Hacienda, el ministro de políticas energéticas o el de las pensiones tendrían que ser de Podemos, que así no podría dormir ni él ni los españoles, que miembros de Podemos defienden el separatismo, la aceptación de Pablo Iglesias en su discurso de la existencia de presos políticos en nuestro país, o la de reconocer a Cataluña el derecho de autodeterminación que hasta la ONU, máximo órgano en la interpretación del mismo, les ha negado. En fin… Si todo eso era así ayer ¿qué ha cambiado hoy? Nada, hoy es el día de después del fracaso de Sánchez, de Iván Redondo, de Tezanos y de todos aquellos que nos lanzaron a las cuartas elecciones en menos de cuatro años. Aunque en este punto la responsabilidad debe ser compartida con Ciudadanos que ni una sola vez intentó convencer a Sánchez de la conveniencia de un pacto entre ambos cuando muchos poderes fácticos se lo pedían a gritos. Albert Rivera ya ha pagado su irresponsabilidad política, ¿tiene que pagarla Sánchez? Pues no lo sé, es posible.
No obstante, como siempre hay que mirar hacia delante, creo que la solución al problema del bloqueo y de la posible inclusión de Podemos en el gobierno podría venir de Casado. Su partido se acaba de librar del sector más extremista, que ahora tiene vida parlamentaria propia, y el centro ha desaparecido por la torpeza de Rivera. Pues bien, la ocasión la pintan calva, Casado debe ocupar ese centro ya, es el momento propicio para ello, adquiriendo el mismo nivel de sus homónimos en el resto de Europa. En estas condiciones el sector más moderado del PSOE ya no tendría excusas para exigir a Sánchez un pacto de Estado.
En realidad ambos partidos se han descargado de extremistas, lo que les brinda una oportunidad histórica. No es necesario un gran pacto, ni siquiera compartir ministros: una abstención en la investidura supeditada a unos presupuestos serios acordados por ambos y un acuerdo para el problema catalán donde hay que tener más cintura política, y si llega a ser necesario aplicar un 155 más rígido, modificar el sistema de financiación de las comunidades autónomas y abordar reformas constitucionales necesarias. Incluso se podría valorar la reconversión hacia una España federal, pero con una Constitución del corte de la alemana que controle perfectamente a las federaciones. Aunque es parecer del que suscribe que si el Estado recuperara las competencias transferidas a todas las comunidades autónomas y derogara el artículo 150. 2º de la Constitución para que nunca ningún gobierno futuro tenga la veleidad de ceder sus competencias a estas entidades a cambio de apoyos parlamentarios, quedando éstas fijadas en lo previsto en el artículo 148, se solucionaría buena parte del problema sin experimentos raros que no sabemos a dónde nos conducirían.
El 150.2º no pertenece a los títulos más protegidos de nuestra carta magna, PP y PSOE, bien avenidos, tienen mayoría suficiente para llevar a cabo la reforma sin mucho ruido si previamente neutralizan el brote separatista catalán con un 155 que suspenda totalmente la autonomía hasta después de la reforma constitucional.

Acerca de Marchal-Sabater

Pseudónimo del escritor murciano nacido el 6 de agosto de 1964. En los años ochenta ingresó en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado e inmediatamente fue asignado a los servicios de información, circunstancia que le llevó a ser testigo de numerosos acontecimientos de la transición, en diferentes lugares de la geografía española: País Vasco, Cataluña o Madrid. En algunas de sus novelas refleja parte de ese pasado, describiendo algunos hechos tal y como sucedieron y otros adaptándolos a la trama, sin desvirtuar la realidad. En su currículo cuenta con varios premios literarios, como el del certamen de micro-crímenes de Falsaria 2012 y el 2º premio de relatos cortos organizado por el Ayuntamiento de Lorquí (Murcia), dentro de la celebración de la II Semana Cultural 2013. Autor de: El Valle de las Tormentas; Bajo la Cruz de Lorena; y Oiz 1985. La sombra de la sospecha. Dasha, Epitafio para un extraño.
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